En este sentido, Aguas Rionegrinas informó que en horas de la tarde el río continúa mostrando turbiedad en las captaciones de Catriel, Godoy y Allen. Sin embargo, los niveles actuales aún se mantienen dentro de los márgenes que las plantas potabilizadoras pueden tratar, por lo que la producción de agua potable se desarrolla con total normalidad.
En el caso de Chichinales se presentará baja presión pero se ira normalizando en el transcurso de la tarde. Los equipos operativos de la empresa continúan monitoreando de manera permanente el comportamiento del río para actuar ante cualquier cambio.
En tanto, en Villa Regina se registró un descenso en los niveles de turbiedad, motivo por el cual se reanudó gradualmente el bombeo de agua de la captación de Juan 23 y en el transcurso de las próximas horas se retomará gradualmente la producción de agua potable en la planta potabilizadora principal.
En el caso de General Roca ya descendieron los niveles de turbiedad a valores aceptables y se está produciendo agua con total normalidad. Mientras se recupera y presuriza la red de agua se presentará baja presión en la zona baja de la ciudad, comprendida desde canal principal hacia Ruta Nacional 22 y desde la intersección de calles Gelonch y Maipú hacia el noreste.
La turbiedad es la presencia de partículas y sedimentos en suspensión en el agua, producto del arrastre del suelo por las lluvias. Ante esta situación, se reduce el ingreso de agua a las plantas potabilizadoras para evitar que esos sedimentos afecten los filtros.
Además, cuando el agua presenta turbiedad, se extiende el tiempo de decantación dentro de la planta para permitir que las partículas se asienten antes de llegar a los filtros. Este proceso se agiliza mediante el uso de sulfato de aluminio, una sal utilizada habitualmente en el proceso de potabilización para ayudar a clarificar el agua.
Aguas Rionegrinas continuará informando sobre la evolución de la situación y agradece la comprensión de los usuarios ante los inconvenientes ocasionados. Se recomienda a la comunidad hacer un uso responsable y solidario del agua potable, priorizando el consumo esencial hasta que las condiciones del río y la producción de agua potable se normalicen.